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Ser poeta en los tiempos que corren (II): La poesía insinúa: más allá del lugar donde el contenido encuentra su forma y viceversa

Parece que la poesía insinúa realidades escondidas, difíciles de explorar. Es el camino hacia lo perplejo, hacia el misterio, la poesía es, poniéndonos michelangelianos o buonarrotistas, la figura escultórica encontrada o descubierta al ir sacando con el cincel a todo el bloque de mármol pedazo a pedazo.

Volviendo a aquello del principio de ¿Qué es ser poeta?, escribía Rafael López Estrada en Poesía practicable que La poesía trasciende la condición del poeta y que Solo sé que, si abro el poema, deberá sangrar / A veces la arquitectura ciega al poema. Quizá poesía sea lo que queda cuando lo quitas todo, forma y también incluso la idea, el contenido. Precisamente, escribió don León Felipe en su Preceptiva poética:

Leon Felipe (1963)-Monochrome representation.jpgDeshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
                               (León Felipe)



Volviendo (según un modo particular y muy subjetivo de interpretar estos versos) a un concepto originario de poesía equivalente a la belleza que aún no ha sido depositada en la palabra, a una poesía que está flotando por el aire. Más todavía, ¡Hasta la idea misma! (los signos de exclamación son míos), el poema sin ese verso sería otro poema muy distinto. Y yo, que me afano tanto en decir que la clave está en la relación entre forma y contenido (no en la poesía solo, en una infinidad de cosas), no podía menos que decir tres años atrás, tratando de escribir en algo así como inglés:

If everything worked as it is suppose to,
this would turn to be a dignified poem
where the meaning meets the form
and the words are chosen according to its rhythm, shape and flavour.

[Traducción]
Si todo funcionase como se supone,
esto se volvería un poema digno
donde el significado encuentra la forma
y las palabras se escogen de acuerdo con su ritmo, forma y sabor.


Es probable que la clave la encontremos seguramente por detrás o más allá o en el meollo mismo de esta relación de contenido y forma.



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Lee la 3a. parte de "Ser poeta en los tiempos que corren": 




Comentarios



LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.