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Mostrando entradas de enero, 2019

Yo no tengo nada de bohemia (III)

La vida no nos lo pone a todos igual de fácil. Desde que de adolescente leí la cita "lo importante no es lo que la vida te hace, sino lo que tú haces con lo que la vida te hace" lo he tenido claro. Mi éxito no tiene que ver con el producto final. Mi éxito reside en los procesos que yo vivo, en mi esfuerzo y resiliencia, en el don de la curiosidad que vertebra mis metas y en el modesto sueño de hacer de este mundo un mundo algo mejor. Cuando alguien se afana en cuantificar mis éxitos, siempre respondo lo mismo: mis éxitos más concretos tienen que ver con que mis chavales de secundaria, mis alumnos, aprendan, tienen que ver con acercarme en lo intelectual y lo práctico al tema que me ocupa en mi tesis doctoral, tesis que me tomé mucho tiempo en empezar porque estaba todavía averiguando el modo como quería hacerla y porque necesitaba empaparme de otras experiencias antes de encerrarme a pensar en la relación de las causas y los efectos, en cómo esta relación se configura en el d

Yo no tengo nada de bohemia (II)

Dicen que voy siempre mediocorriendo porque no llego a todo lo que quisiera hacer, que uno de mis grandes defectos es sentir que el tiempo pasa demasiado rápido. En efecto, si tuviese que elegir un superpoder sería desdoblarme en varias personas para llevar a cabo absolutamente todo. Quizás esa sea una de las razones por las que escribo, aunque no es la central. Escribo, no comparto todo lo que escribo y nunca he tenido la suficiente ambición de publicar libros. Mi afán ha sido y es siempre indagar en mí, por un lado, y, por el otro, compartirme en pequeños puntos con seres y grupos reducidos de personas en distintos puntos del planeta. Algunos de ellos han traspasado las barreras de lo más críptico de mi poesía (que más que mía es de esta que yo soy) y me han impulsado a purificar el lenguaje que uso. Así las cosas, nada que ver con publicar libros, ni con ganar premios de cualquier campo al que me dedique. Si algo logro en estas líneas o ámbitos es fruto de caminos en los que yo no m

Yo no tengo nada de bohemia (I)

Yo no tengo nada de bohemia. Ser bohemio, tal y como lo conocemos en los tiempos que corren y en lugares como este, a mí se me asimila a ser un dandi o a comprarse un dinosaurio como mascota o a estas dos cosas juntas. La libertad en mi estilo de vida está hecha de compromiso a corto, a medio y a largo plazo, en el mejor sentido de la palabra. Yo madrugo y trabajo y tengo nómina a fin de mes. Y no me la gasto entera. Y los lunes no se me hacen largos. Y cuando me voy a dormir más tarde de la 1 o tomo alguna(s) cerveza(s) de más, condeno a la mañana inútil siguiente fruto del noctambulismo rocambolesco en el que caí. Paso todo el tiempo que puedo con mi familia, cuido de ellos hasta donde me alcanza. Y ya no escribo en servilletas, descargué Google keep en mi móvil y llevo en este todo lo que he escrito desde que tenía 13 años. Puedo encontrar en 3 minutos todas las líneas que he escrito que contienen la palabra "paso", "lago", "pavor" o "soy". Po


LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.