Tenía ya programado en mi cabeza escribir un post relacionado con la
poesía que sirve para cambiar el mundo, cuando me ha llegado la noticia de ser una de las 10 finalistas en el 1r. concurso literario de
Parece amor pero no lo es y he decidido que tenía que escribirlo ya, aunque fuera rápido y corriendo. No puedo más que sentirme agradecida y afortunada de colaborar con mi poesía en proyectos como este, porque eso le da sentido a seguir volcándome a escribir.
Mucho se ha dicho sobre la
falacia del amor romántico y sobre las relaciones tóxicas. También, consecuentemente, sobre las relaciones equitativas. Lo que no había conocido tan directamente era un proyecto que apostase por hacer un certamen para piezas literarias que contribuyesen en esto. Y es que, en tanto que manifestación cultural y artística de una comunidad,
la poesía es también una herramienta para remover conciencias y, aunque sea de a poco, cambiar el mundo en alguna medida.
Conocí este proyecto curiosamente a partir de un post llamado
10 canciones de amor nada románticas en busca de canciones que exaltasen relaciones de amor sanas. El objetivo de este proyecto es doble, y cito sus propias palabras:
"generar extrañeza sobre toda esta normalidad dependiente y dominante del amor. Película a película, canción a canción, libro a libro, anuncio a anuncio, expresión a expresión, diseccionando y descubriendo cómo se ha ido normalizando esta forma de quererse"
y es doble porque la otra cara de la moneda es
"encontrar otro tipo de películas, de canciones, de libros, de anuncios, de expresiones. Que presenten modelos más sanos, más equitativos, más libres. Porque debe de haberlas, aunque no sea fácil encontrarlas"
En este contexto, su cometido se cumple al convocar un concurso literario que provoca no solo el encontrar esas manifestaciones de relaciones equitativas y sanas, sino también el producirlas.
Las ideas sobre el amor se transmiten a través de las interacciones con los demás y estas interacciones se dan a través del discurso. Se ha dicho que gran parte del amor y del deseo tiene un componente social, así como que son culturales las conductas de nuestro comportamiento afectivo. Se aprende un modelo de relaciones y de atracción y este proceso no deja de estar mediado por la relación entre personas e interacciones. Así, teniendo en cuenta que la poesía es discurso, discurso poético y que un certamen no deja de ser un tipo de interacción, celebro la iniciativa de
Parece amor pero no lo es. Por último, ha tenido la cortesía de
publicar el poema en su blog, poema muy distinto a los que suelo escribir pero que por su temática me exigía el no caer en lo abstracto y ser un poema de ir al grano. Lo reproduzco también a continuación:
Si para entregarte necesitas
desmenuzar mis inmensidades,
hacerme pequeñita,
solicitármelo todo,
agarrar mis piedras sórdidas
y ponerlas sobre la mesa
para que los dos sepamos quién soy
y para que ignoremos al miserable canalla que eres,
no tengo más que decirte:
me entrego a mí.
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