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Poemario «Desrealizaciones y certidumbres» (2022)

Todo es cuestión de percepción. Ya decía Plinio el Viejo que “lo único cierto es que no hay nada cierto”. Casi cualquier ser humano puede haber experimentado en alguna ocasión cierta extrañeza en aquello que lo circunda, o incluso en sí mismo. Alguien definió esta alteración de la percepción como una “bruma sensorial, velo o vidrio”, neblina que te deja aparte del mundo, aun cuando sabes que formas parte de él. No obstante, si algo es capaz de trascender la desrealidad o de oponerse a ella, no es, precisamente, la realidad, sino su certidumbre o todo un conjunto de certidumbres que ponen en valor la realidad.

Los 32 poemas de este libro, dividido en 16 desrealizaciones y 16 certidumbres, fueron escritos en varios lugares y tiempos (lo cuento en este post, junto con mi necesidad de soltarlo). Aunque el libro quizá debió haber sido publicado antes entregándoselo así al mundo en su momento, esta mente que los cosechó no encontró el coraje hasta ahora para entregarle al mundo desnudos algunos de los poemas crudos que contiene. Ahora, sin embargo, han decidido desprenderse y han encontrado su cauce para salir de su escondite, a través del II Certamen Agustín Sánchez Rodrigo-Villa de Serradilla, convocado por Herratas Ediciones y el Ayto. de Serradilla en Cáceres. En este certamen, Desrealizaciones y certidumbres recibió el 2.º premio de poesía y a partir del cual pasan a publicarse en una antología, cuyos beneficios van íntegramente a una ONG, con las obras premiadas (disponible en Amazon). 

Portada antología II Certamen
Agustín Sánchez Rodrigo
-Villa de Serradilla

Tras hallar su vía de publicación, he lanzado una edición del poemario para que también en las ramificaciones de su cauce lleguen a vuestras mentes. 

Antes, un breve tráiler y su primer poema: 





El lago ha subido al cielo
(I Ching, ‘Libro de las mutaciones’)


Para vivir,
yo quiero
cielo,
      muerte,
           sangre,
desgranarme las pestañas poco a poco,
caber en el cielo de tu boca,
deshacerme allí.

Y sin embargo
heme aquí,
hoy soy un cielo
plomizo
y esto que sale por mi boca,
pantano,
lodazal acumulado.

Amenaza irrupción,
desbordamiento,
voy a desbocarme del todo. 




Ciertamente, a mí me gustaría que Desrealizaciones y certidumbres no fuera un libro de poemas, sino un polígono estrellado con caras curbas y arrugado con poemas, pero, de momento, no me queda más remedio que sujetarme a las formas del mundo.  




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LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.