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Mostrando entradas de 2018

El mundo de las almohadas (cuaderno de poesía)

Un año que casi acaba. Este ha sido mi año de "otra vez", hacer de nuevo y aprender lo que ya hice y lo que aprendí y nunca se hacen las cosas por segunda vez como se hicieron la vez primera. La segunda siempre es mejor. Para acabar de completar mis objetivos, planes y sueños de este año 2018 que se termina, ya tan cerca de fin de año, he decidido que, cuando me pidan un poema mío, si me lo piden, dejaré de buscar en los bolsillos papeles arrugados y dejaré de sacar pedazos y borradores. Y así he decidido compartir mi compilación de poemas en un  cuaderno de poesía  otra vez, esta vez con 12 poemas, en papeles bien imprimidos, doblados y cosidos con mis manos uno a uno . Es un cuaderno que puede leerse de al menos dos maneras: la primera es siguiendo el orden normal y corriente y basta con ir de un poema al siguiente. La segunda, más recomendable, es siguiendo el ciclo del agua. La tercera, abrir por donde uno quiera, echar un vistazo por aquí y cerrarlo por allá. Así que, aq

Pasar pisando fuerte (recorte)

Citas con hondura. "Las palmeras salvajes" (1939), de William Faulkner

Cuando me aventuré a leer por primera vez a William Faulkner (1867-1962) y a empezar por una de sus novelas más inusuales, desconocía que la estructura de la novela iba a ser la de la  intercalación de dos historias paralelas  en alternancia, la concatenación de los capítulos de dos historias distintas que se nutren a base de tenues similitudes y fuertes contrastes (quién sabe si por esmero y diligencia del autor o serendipia literaria). Las palmeras salvajes  de Faulkner intercala una novela con el mismo nombre, la  historia de un avance amoroso o pasional  entre un hombre y una mujer  hacia la destrucción personal , con  "El viejo" , nombre con el que se conoce el río Misisipi y no a su protagonista, un penado que experimenta las vicisitudes de una catástrofe, la inundación del río, y todo lo que vive alrededor o por causa de esta circunstancia.  No es esta la única intercalación sugerente que se da en esta obra. Más sustancial parece cómo el autor hilvana los  pensamientos

“No dejamos de amar” (poema)

No dejamos de amar, solo relajamos (suavizamos) la embestida. Caminamos sin pisar del todo un tiempo (poco breve) imborrables las huellas. No quedó más, el somnífero lanzado (a esto nuestro). Y esperamos. Tras lo que dejó la embestida, desaparecimos. ─── Foto:  Stefan Keller Este poema puedes encontrarlo en el cuaderno de poesía El mundo de las almohadas

“Rizo de otoño” (poema)

Cuando le conocí en otoño, iba ebria (de vino blanco y de satisfacción) y un rizo suyo, enloquecido, en el afán de mirar tartamudo  a través de la ceguera leve, se coló en mi ojo. Fue indudablemente nuestro primer beso. Cuando le pensé y le imaginé sentí un miedo férreo y una vergüenza aguda (hoy pienso que esa vergüenza era, en realidad, esdrújula) y no obstante sospeché que un día de invierno me casaría con él. ─── *Este poema participa en el concurso de poesía de otoño de Zenda .

Espejo de cuchillo (poema)

Tengo en mi dormitorio un espejo lleno de cuerpos. Me dijeron que están hechos de mercurio, que la dimensión de sus cinturas es siempre la misma, que no dejan huella. Mi espejo, marco marrón haya, posee también cuchillos de triple filo, pero no se ven si no posas la mano en un hombro y cintura capaces de disolverte. He roto el espejo. Quería saber si todos los cuerpos están hechos de mercurio. Pero no es cierto, al romperlo el azul cielo de sus huellas creó de nuevo a cuchillazos las tres últimas vértebras de mi espalda. ─── Este poema ha sido publicado en Liberoamérica , en la Revista Almiar  y en la Revista Cardenal . Pertenece al cuaderno de poesía La confesión de la carne, que te invito a leer gratuitamente .

“El diluvio” (poema)

Nada me traspasa.                              La tarde, el sinsabor del café en la lengua previa, el humo disperso del cigarro no asentado en la garganta, el cielo blanco, de nuevo el vaho elidiéndose de las bocas, cortando labios intocables, juntando las manos ásperas, repitiendo incesante la lengua y los dientes come on come on come on come on . Pero hoy soy espejo de la tierra que no devuelve imagen, luz, reflejo, solo el gesto memorizado no transferible, intraspasable. La noche.             El diluvio inesperado no universal me pertenece –¿o le pertenezco?–. Pies en aguacero, paraguas desierto en las calles manresanas de la noche, diminutos ríos entre las piedras medievales, camino al corazón, la conciencia disminuye meollo de mí en todo, y los altavoces se hacen de silencio. Escucho                   el golpe seco y único de los pasos del diluvio, el silencio empapado me atraviesa en forma de pluma. El diluvio atemporal,                         la madrugada. Ninguna sensación o

Felicidad proporcional (I)

Mi felicidad es proporcional a la cantidad de cielo que veo desde mi balcón. El ser salta de sonido en sonido desde los pájaros al silbido lento de las nubes. La sonrisa se evapora en la satisfacción del mediodía. Canto con los pies. Se oyen al fondo niños, persianas que se abren,  timbres de portales, vehículos que van y vienen. Cierro la persiana en la buscada oscuridad de desprenderme de todo. No se ve el cielo desde la nada sublime donde empiezo a existir del todo. ©  Dani Alvarez Fotografía Sigue leyendo en  Felicidad proporcional (II)

Felicidad proporcional (II)

Mi felicidad es proporcional a la cantidad de cielo que veo desde mi balcón. No hay sonido. La casi luna llena no se ha desplazado. Eppur si muove.  La sonrisa se evapora en la satisfacción de la medianoche.  Canto con la espesa diagonal blanca que un avión olvida a su paso.  Esta es mi casa, mi hogar.  Se oye a lo hondo plenitud: las persianas están cerradas,  los portales están vacíos, los vehículos, aparcados. Mi ser se recoge en la límpida oscuridad de haberse desprendido de todo. Se ve solo el cielo desde la nada sublime donde existo del todo. ©  Dani Alvarez Fotografía Leer Felicidad proporcional (I)

“Convirtámonos” (poema)

Convirtámonos en estatua de piedra en lo que cae el relente de la noche, dos dioses de mármol en pureza nívea,                         uno junto al otro, en la división exacta del peso del agua vertical                         que nos atraviesa mojándonos desde dentro. Emanemos la fuente, soportes de lo vertical                         y mojémonos. Escuchémonos y escuchemos el agua correr y auscultemos el agua correr, y exhalémonos. Percibamos cómo caen por los lados de la fuente los flujos de lo sagrado. Convertidos, permanentes, en el afán de querer ser mármol cuando llegamos a ser piedra mojada, convirtámonos de nuevo.

“Quiero pasar pisando fuerte por la vida” (poema manifiesto)

A horcajadas, si hace falta, hollando la tierra, metiendo un pie tras otro en la nieve y volver por el sendero resiguiendo los pasos con los que vine. Quiero pasar pisando fuerte por la vida ultrajándolo todo, quebrantándonos un poco, profanando las leyes más básicas por las que nos regimos, abatiendo la injusticia abrazando de frente al miedo, insiriéndome en la confusión y la incertidumbre, e ir a veces caminando, solo eso, caminando, despacio pero fuerte, por la vida. Y volver, siempre volver, sobre mis pasos, dibujar cenefas en la nieve, en la arena o en el hielo con los pies descalzos, en la arena blanca de una nieve que resbala, como mis manos dibujan la espuma en el Mediterráneo, y volver, retornar a mis pasos pisando fuerte, siempre, en la vida.

¡en marcha!

Poesía y docencia: publicación del XIV Cuaderno de Profesores poetas

Ayer recibí en mis manos el XIV Cuaderno de Profesores poetas. Esta antología, que edita anualmente desde 2005 el IES Francisco Giner de los Ríos de la ciudad de Segovia, recopila este año 61 poemas de poetas profesores del territorio español. Aunque no pude asistir a la presentación del Cuaderno de Profesores Poetas, dedicado este año a las Vanguardias y a Ramón Gómez de la Serna, me siento contentísima de tener el libro entre mis manos y de haber participado con mi poema "Hurgar la existencia".

Transcaminarse

Foto :  愚木混株 Cdd20 Yo sé que detrás de la realidad impalpable redonda lánguida ciega indemostrable ligera muda hay un cuerpo, que es momento de deshabitarse y sumarse al oscuro transcamino hacia lo tenue, hacia lo minúsculo, inanidable; solo es posible traslucirse en lo secreto a oscuras, transparentemente, en lo diminuto de una vaporosa explesión de aroma de humo, nínfula enferma de nada. Yo sé.

El diluvio, en la revista Fábula

Me acaba de llegar el nuevo número de Fábula , revista de la Asociación Riojana de Lectores Escritores y Artistas (ARLEA) y la  Universidad de la Rioja, donde aparece El  diluvio . Alegre noticia y a la par agridulce no poderme desplazarme a Logroño para la presentación del número. 


LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.