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Mostrando entradas de marzo, 2011

¿Interrogatorio?

No era A TI, pero lo ha acabado siendo Hoy he pintado un interrogante en la puerta, un interrogante infinito que se revuelve sobre sí mismo y se troca en espiral sin colapsarse con una mancha intacta en un punto preciso e inmutable. Desertización, hiperestesia. Hoy he pintado un interrogante en el lomo de la puerta y más, a un interrogado en el travesaño; aquél se acerca indomable, indoblegable; éste se esconde en las bisagras del misterio. Abro la puerta. Cierro. La dejo entreabierta, para que fluyan las brisas y nieblas poéticas, pero no hay puerta de entrada al camino hacia donde el enigma estriba; la ronda del interrogante es un bulevar truncado de bazofias y mortandades. Interrogantes, interrogados; pintores que pintan puntos de interrogantes; puntillismo agudo, puntuación forzada. No hay más que aspirar a representar como real lo que no existe ni ha existido nunca. Ya no existo hoy, ni vengo ni voy, ni sé si soy ni si estoy siendo; ni voy, ni vengo, ni sé si soy cuando digo


LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.