Sin embargo, el trayecto que plantea hacia el paraíso minúsculo parte a la fuerza de lo más físico, se origina en lo más terrestre. El libro no podía empezar sino con un poema de anticipación y de cierta disolución del yo que habrá de encontrarse con un tú para construir un nosotros. Un poema que va de cualquier cosa menos de amor, aunque el amor, en su más amplio sentido, lo imbuya todo.
Aquí os dejo con el primer poema del libro:
Cuando ya no esté aquí
Ángel González
Mis uñas
seguirán creciendo,
cuando no
esté aquí
y siga
estando de alguna manera,
dejaré de
morderme las uñas,
mi sangre
seguirá corriendo
disecada,
las plaquetas
funcionando,
mis pulmones quejumbrarán
todo lo
que no respiro,
y de nadas
bombeará el corazón
con soplo
incontingente
estos
latidos extraños,
mis
articulaciones engranarán
las poleas
graznidas
zurrirán
inflamados los tendones
de la
espalda intermedia,
crepitarán
mis manos pequeñas
intentando
asir el tiempo
tan
naranja, hecho de alambres
de
paraguas rotos
los días
que no llueva.
Cuando ya
no esté
y siga
estando de esta manera
tan tibia
y seca,
empezaré a
decrecer,
menguarán
las bárbaras tripas
de mi
estómago encogido,
hogar que
acogerá
entre
colonias los parásitos benévolos
comiéndose
mis uñas.
Pero ahora estoy aquí
y me estoy mordiendo las uñas.
Comentarios