Compartir la poesía a través de directos de Instagram. Conocer nuevas voces poéticas, voces locales de otros lugares, de las que de otro modo no tendríamos posibilidad ni placer de escuchar. El Festival Búnker Poético ha llevado esto a cabo. Hemos puesto caras y gestos a poetas de los que conocíamos algunos de sus poemas por escrito. Detrás de la cámara, claro está. Otros eran completos desconocidos, ¿por qué no decirlo? Después de la hora del toque de queda y hasta las 23:30 y durante toda una semana, sábado y domingo incluidos. Es imposible no sentirse agradecida por el entusiasmo de quienes dedican su tiempo a llevar a cabo festivales de poesía online y a organizar a todo el mundo. En este caso, se trata de Elena, conocida como Tabachkova, moscovita (o de muy cerquita de Moscú) afincada ahora en Salamanca, con una voz a la que le podríamos dedicar un post en sí mismo.
Cualquiera podría decir que hay solo un puñado de poetas, que los buenos caben en las palmas de las manos y den ustedes gracias. Hace poco escuché algo así (sino quizás no lo traería a colación), que esto de la poesía ya no se lleva, salvo tres excepciones o cuatro en España (no citaré nombres, porque lo lindo de las artes es la diversidad de acercamientos). Más allá de lo que pensara yo sobre semejante disparidad de opiniones o de formas de ver (o de no ver) el panorama poético del país, me sorprendió. En fin, en cualquier caso, es mucho el compartir que se da en las redes, es mucha la poesía y los momentos que compartimos o que pueden llegarse a compartir. A veces se puede hacer tanto con tan poco que es difícil no lamentarse por no hacer más. En cualquier caso,
abres los ojos y en el aire se dibujan todos esos versos,
cenefas de felicidad hastío pereza,
la insolencia de tantas palabras
en combinaciones perfectas por todo lo imperfecto
tratando de agarrarse a las nubes el escenario el micro el público
que eres tú, que son ellos,
que somos.
Comentarios