Esta madrugada pasada he participado en la
lectura de poesía por whatsapp que ha llevado a cabo Ediciones La Maleta Ilegal.
Innovaciones en las lecturas de poesía en tiempos de pandemia
La participación en esta lectura y la asistencia es un tanto distinta de los festivales poéticos en directo y de los micros abiertos online que imperan en estos tiempos de telefuncionamiento durante la pandemia. Por esta innovación, que me pareció muy interesante -consiste en pedir y recibir las lecturas o los recitados por whatsapp, que luego se juntan en un vídeo- , y por el tratamiento mediante la palabra poética que hace del tema pandémico y específicamente en el Sur global, he querido dedicarle un post más largo de los que realmente dedico a estos eventos, pese a que mi ordenador no arranca y tengo que dictar estás líneas con el micro de mi teléfono móvil.
El mero hecho de mi participación ha despertado en mí algunas reflexiones, haciéndome tomar conciencia de mi posición sociogeográfica en el mundo. Así, también porque he asegurado que en este blog no hablaría solo de literatura, comparto algunas de estas reflexiones. Precisamente, ahora formo parte de lo que se denomina el Sur Global. Aunque la lectura me pareció inicialmente estar encaminada a Latinoamérica, no tuve reparo en escribir preguntando y me respondieron que las contribuciones desde Sudáfrica eran muy bienvenidas.
Lazos y conversaciones en el Sur
Los lazos entre los países del Sur y los lazos entre Sur y Norte son indudablemente diferentes. Las relaciones han sido históricamente diferentes y permanecen siéndolo. Los puentes dialógicos que se tienden entre países del Sur tienen aquello de ser espiritualmente ricos y de tener un modo de proceder en el compartir esencial y fluido. Más allá de esto, la conversación entre personas diversas, con muy distintos bagajes, pero parecidos en cuanto a los toques e inclinaciones del alma es única. Conversaciones que, aunque antes eran posibles, se han visto totalmente impulsadas por un contexto que, si bien nos ha metido a todos en casa y nos recluye a la vida de barrio más localmente individual, también nos ha metido en una telecomunicación global con casi el mundo entero.
¿El Sur?
Cuando yo vine hacia lo que llamé en un poema el sur del polo sur,
colgué una fotografía con el mapa mundi al revés. Que llamemos al sur sur y al norte norte, con todas las connotaciones que ello conlleva, es algo arbitrario, es una convención cartográfica y social, sociocartográfica para a quién le gustan este tipo de compuestos.
Son varias ya las denominaciones que el Sur Global ha recibido, a veces centradas en su nivel de desarrollo social y otras veces en su situación geográfica. Todos sabemos a qué nos referimos, pero todavía no encontramos un concepto o una expresión precisa que sea grácil, respetuosa con todo el mundo y sin el potencial de llenarse de connotaciones negativas.
Quisiera pensar que yo no soy del norte, y mucho menos de lo que podríamos llamar, si queréis, el Norte Global. Evidentemente, el adjetivo global no aplica de la misma manera cuando nos referimos al norte, pero en cualquier caso, resulta que yo siempre he sido del sur del Norte y, de hecho, siempre he sido del norte del sur del norte.
Posición cardinal sociogeográfica
Cada punto que me sitúa lo hace únicamente en relación con un lugar:
-Yo soy del nordeste cuando hablo del país que me vio nacer y me crió,
-yo soy del sur cuando entiendo que debajo de mi país hay una gran frontera hecha de agua y de personas que mueren en el mar y en sus orillas
-yo soy del norte cuando miro esas vastas extensiones de tierra y culturas, todo un continente entero llamado África y hecho de tantos sucesos aún desconocidos,
y, finalmente, porque lo final es siempre el origen del que partimos:
-yo soy también del centro y no de los arrabales y mi hogar existirá siempre en ese centro aunque se mueva donde se mueva y cuando se mueva.
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