Viví ayer uno de los momentos más bellos en mi camino del compartir poético. Que alguien se esmere en teatralizar tus textos y los de tus compañeros poetas no tiene parangón, pero es algo que va más allá de eso y, aunque no suelo pronunciarme por escrito de los eventos de la poesía en Barcelona, este no merece menos.
Como lectora y como profesora a menudo apunto que la
poesía ostenta, de entre sus mejores virtudes,
conectarnos con la experiencia poética de otras personas: la de nuestros antepasados, la de las personas venideras y nuestros coetáneos (es una idea que, aunque propia, bebe de una idea similar, pero mucho mejor expresada de Liliana Muñoz). El espectáculo
POE(Tix) Interpretados por Jordi Ra en la
Asociación Espai Poe-Tic vino a hacer esto mismo en el tiempo presente: conectarnos con la experiencia poética de unos cuantos poetas de la escena de Barcelona a través de la interpretación teatral de sus textos.

Todo este párrafo, que no es baladí aunque sí reconozco que algo largo, lo escribo y suelto porque ayer presencié uno de los ejemplos más atractivos de nuestro panorama poético underground barcelonés. Más allá de los micros abiertos, de los talleres literarios, de las conferencias y presentaciones de poemarios, donde uno escucha y se empapa de lo que los demás dicen, recitan, performan o escriben, no podría haber imaginado un espectáculo como el de los POE(Tix) interpretados, un ejemplo no solo de buena teatralización, sino, como alguien comentó después del espectáculo aunque con otras palabras, de
coincidencia entre acción y discurso y de
apoyo artístico a la comunidad poética. Porque Jordi pudo haber memorizado un soneto de Lope de Vega, uno de Shakespeare, una
Rima de Bécquer, un párrafo brillante de Galdós, un poema de don Federico García Lorca, otro de Jorge Guillén, uno de Ángel González y uno de José Ángel Valente, haberlos teatralizado y hubiese tenido el tiro asegurado. Pero no. Y es que eso ya se ha hecho, hasta yo lo he hecho (sin memorizarlos y con buenas intenciones, con otro repertorio poético, con el grupo
De copas con versos).
Jordi Ra realizó un recorrido teatralizado presentando a una variedad de poetas muy interesantes que rondan por la ciudad condal e interpretando sus piezas poéticas. No diré mucho, ni de cómo empieza, ni de cómo sigue y termina, pues no quisiera spoilear al público futuro ni darle a los que se lo perdieron el placer de conocer lo fantástico que fue, solo me basta con decir que las piezas eran de la siguiente cantera de poetas: Ainara García, Al Bareto, Alexander Martinez Albornoz, Alex Loro, Carlos López, Carrie Punto, Dani Orviz, Iñaki C. Nazabal, Josep Rod, Josma Blackman, Karlos Kosas, Segundo Bouzon y una servidora.
Lo interesante no es el empeño que dedicó a memorizar cada una de las piezas, el hecho de que se sentó con todos los poetas dispuestos para hablar en torno a las piezas, discutirlas y comprenderlas para poderlas trabajar una a una, lo brillante es que supo imprimir su propia huella teatral en los textos de los artistas y a la vez asumir de sus piezas y de la voz individual de los poetas aquello que los hace diferentes, enriqueciendo, sin duda, los textos en sí mismos y dándoles una nueva vida en el escenario. Es, sin duda, uno de esos espectáculos que prometen antes de verlos, pero especialmente es un ejemplo de esmero, dedicación, humildad y comunidad poética.
Aunque hasta hace 7 meses me había mantenido en relegar a mi plano íntimo lo que escribía (después de una larga sequía poética), no puedo estar más convencida ahora de la necesidad de compartir lo que se escribe y de darle a ese compartir artístico una buena vuelta de tuerca.

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