Desarraigos: Canto al barrio, Primum vivere deinde scrībere y Atrévete: Tres poemas en la revista Hoja Negra
Tres de mis poemas viajan a Bogotá para salir publicados en Hoja Negra, revista literaria de poesía contemporánea.
Desarraigos: canto al barrio
Para mi hermano mediano Miguel,
el que está en medio y también el Siddharta que busca
Posee el cemento un
silencio que no sé explicarte.
Un día soñé con el arraigo
en este barrio,
fue antes de que las avenidas se llenasen
de cementos uniformes y árboles mustios en los rincones.
Hoy las aceras son
medianamente más anchas,
pero el espacio que habito no cabe en ellas,
no sé si es que no absorbo bien las grasas
o es el desarraigo un parásito benigno alojado en los estómagos
con el que compartimos los procesos de la digestión más pesada,
la de la vida.
Quizá el arraigo sea esta
falta de realidad en mis calles no calles,
este lugar hecho de vahos antiguos
en la retaguardia de lo nuevo,
quizá pertenencia sea asumir este rehacerse de las baldosas
en alzamiento por el viento,
turbulencia de unas alas claustrofóbicas
sin espacio donde desplegarse
que aprendieron el vuelo en otra parte.
Gran parte del arraigo se
hospeda en los pequeños apegos
al desarraigo,
desdeñar el mar, pero pretender al río,
saberse del agua de la gran urbe,
desenvolverse más allá de la monotonía de ciudades cercanas
deambular como urbanita que desconoce el color de las vacas
y la vibración de las estrellas en la noche
pero reconoce en los pasos del cemento los ritmos de lo sagrado.
Esta ciudad hecha de tanta realidad flotante
que no sé explicarte y no tener mejor que hacer
que desvanecerse otro rato.
(De «Desrealizaciones y certidumbres»,
2.º Premio II Certamen Agustín Sánchez Rodrigo-Villa de Serradilla).
Primum vivere deinde
scrībere
B. Metafísico estáis.
R. Es que no como.
Miguel de
Cervantes Saavedra
Una se pregunta a veces por
qué corren los perros tras las palomas,
por qué alzan el vuelo torpe las palomas cuando los perros las persiguen,
por qué las alimentará la gente en la plaza Cataluña de Barcelona
y por qué se lo harán encima siempre en los monumentos grecolatinos.
A
una no le queda más remedio que indagar
en por qué corre tan rápido cuando llegan las palomas
y revolotea tan lenta y con la gracia de las estatuas defecadas,
por qué no gritará más fuerte para que se la oiga en el centro exacto de la
plaza,
pero primum vivere y después a volver a vivir.
(De «La verdad que no vemos»,
XVI Premio Águila de Poesía 2020)
Atrévete
Atrévete a
saltar hacia adentro,
a aspirar tus alas
y a emprender el vuelo,
a escalar tus bordes
y a verter al mundo tu intestino prieto.
Atrévete a
brincar los pies al centro,
a respirar tus dudas
y a esnifar tus miedos,
a balancear la vida
y quemar los latidos de tu corazón quieto.
Atrévete a
comerte el precipicio desde abajo,
a rasgar el aire
y a arañar el cielo,
no existe exhalación sin inhalación previa.
Atrévete a
soñar lo perplejo,
a recoger en la mañana
la premonición de tus sueños,
eres aquella que serás y por eso eres.
Lánzate al
encuentro,
reencuentro y cobijo de tu latido primero,
tu hipocentro no esperará para siempre.
Conmuévete
por dentro,
conmuévete hacia afuera,
conmuévete
y sobre todo después
abalánzate,
precipítate,
arrójate;
atrévete y vete
tranquila
al cielo.
(De «Habitantes de un paraíso minúsculo»,
II Premio La Equilibrista)
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