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El templo

Este cuerpo que ves aquí dentro

es un pequeño templo

donde esculpo calaveras,

transformo obituarios,

vierto lo invencible.

Llegué con una casa en mi cuerpo,

me iré sabiendo de este lugar sagrado

que aquí dentro tengo,

altar inmune

al transcurrir delgado del tiempo.


De «Habitantes de un paraíso minúsculo» (2022)

Comentarios

Victoriano Soto ha dicho que…
¡Qué profundidad tiene este poema tan cortito! Te sumerge en unos pocos versos en una reflexión fascinante al describir el cuerpo como un "pequeño templo" y con todas las metáforas. La manera como usas "donde esculpo calaveras" y "transformo obituarios" para expresar que el cuerpo es un espacio de constante transformación y creación es realmente impactante. La imagen del cuerpo como un "altar inmune" al paso del tiempo le añade además una capa de solemnidad y trascendencia a la reflexión sobre la mortalidad y la existencia humana.
Te mando un cordial saludo y felicitaciones,


LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.