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Tres poemas en Poesía Recitada en la voz de Tomás Galindo y dos composiciones musicales de David Gallardo

Qué alegría y sorpresa recibir estos regalos tan inesperados en este periodo de Navidades: Tres poemas en la voz de Tomás Galindo, del portal y canal de Youtube Poesía Recitada, página que incluye una ingente colección de poemas recitados en su propia voz. 

El primero es el poema que abre mi 1r. poemario, La verdad que no vemosEl segundo, "Quiero pasar pisando fuerte por la nieve", cae hoy con el regalo de la precisión de las palabras que llegan inesperadamente cuando necesitamos escucharlas, en un momento en el que sin saberlo necesitaba de veras tenerlo presente y oírlo en una voz distinta de la mía. El tercero es "Besos", que recibió el accésit en el Certamen Calamonte Joven de este año. 

Enorme labor la de poner voz a tantos poemas. Quedo agradecida, mientras sigo escuchando muchos de los poemas de este portal, a Josefina de la Torre, a Alfonsina Storni y a Pedro Salinas. 





Más sorpresa es todavía, dos semanas después, que me escribiera un compositor y profesor de composición musical, David Gallardo, con lo siguiente, por la que quedo doblemente agradecida e ilusionada, y un par de meses después habiendo musicado también el poema Besos: 

 



[Última actualización: 04/03/2023]




Comentarios



LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.