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Texto para lectores aburridos o para aquellos que gustan de la interminable afición de absorber informaciones

Si nos pusiésemos a escarbar, usted y yo, todos los itinerarios de conocimiento posibles, no terminaríamos nunca. Esto es evidente, claro está, pero menos evidente y difícil de expresar es la sed que se acumula en cada uno de los saltos de una unidad de información a otra y el recorrido agotador que puede darse por esta figura multidimensional de informaciones. 

Si, pusiéramos por caso, con un ejemplo arbitrario, que ahora usted buscase las últimas voces de la literatura hispanoamericana contemporánea, posiblemente encontraría a Ida Gramcko entre un millar de personas. Es probable que a partir de esta escritora venezolana consiguiera llegar a Carlos Vitale y puede que precisamente alcanzase a leer el siguiente verso: "Tu espalda es el arco del conocimiento". Es posible que hubiera llegado al poema “Jornada” al que este verso pertenece a través del libro «Duermevela» (2017, editorial Candaya) o quizás a través de alguna revista, ya sea la de Barcelona Review o la revista Círculo de Poesía. Si el recorrido hubiera sido este último, habría llegado seguro a este poema por la selección que hiciera Alejandro Rejón Huchin, poeta joven además de yucateco, entre otras labores relacionadas con la literatura, nacido no muy lejos de Dzibilchaltún, el sitio arqueológico maya al que igual le estarán a usted viniendo ganas de ir, igual que a mí, dejando este itinerario al aire.

Pero en lugar de seguir el hilo de arriba pongamos otros ejemplos, más lejanos a estos territorios de la literatura, que quizá alguno nos dirá que, tratándose de poesía, siempre sale un poeta, maldito o miserable, de debajo de cualquier piedra. Sería posible que usted hallase, con relativa facilidad, otro de los millones de cientos de unidades informativas que podrían llevarle a dar vueltas de un lugar a otro, embebido por la necesidad de saber el siguiente y sin haber conocido del todo el anterior. Más aún, ¿Se embarcaría usted en un viaje itinerante sin divisar su punto final y del que tampoco ve claro el punto de partida? 


Si en un momento dado dejase de recorrer, o de saltar, mejor dicho, de unidad de información en unidad de información, quizás vería que un conocimiento más inmediato puede traerle mejor fortuna y más satisfacción. Se daría quizás cuenta de que hoy es 10 de agosto y es el Día del León. Estaría un rato, o eso espero, generando más conciencia sobre la conservación y el inminente peligro de extinción de este mamífero carnívoro de la familia de los félidos y que forma parte, más específicamente, del género panthera, junto con el tigre, el leopardo, el jaguar y ni más ni menos que el leopardo de las nieves, y que, por razones de simbolismo, ha dado en representar en la cultura el coraje, la dignidad, la fortaleza y la nobleza. Quizás le parezca elegante recordar que parte del nombre del país Singapur proviene de "singa", que significa "león" y busque algún monumento de su mascota oficial, el Singa-Laut, con cabeza de león y cuerpo de pez echando agua de la boca. En cualquier caso, quizás, y, en definitiva, si a usted o a mí nos interesa más la biología o el simbolismo o si le gusta la conjugación de ambas, ya es cosa de usted y mía. 

Puede que, con suerte, su conciencia se agitase al recordar a Cecil, el león cazado en 2015, es decir, matado con un arco de poleas, por un cazador estadounidense en el Hwange National Park, la reserva natural más grande de Zimbabue. Se ve que el 99,99% de los zimbauenses dieron en conocer la existencia del león después de muerto, según el periódico zimbauense The Chronicle, y al mundo pareció quedarle claro que este animal que fue el rey, podría ser eventualmente una reliquia felina. 

Tal vez le haría gracia o lo dejaría moralmente abatido saber que los Lion Days fue también una campaña de marketing de una empresa automovilística en otoño del año pasado. Pero, en fin, ya que hablamos de leones, es posible que buscase más información sobre ello y diera accidentalmente en caer en informaciones astrológicas: descubriría que se celebra esta semana un fenómeno energético o fiesta cósmica, ahí cada cual valore su preferencia en la expresión, y que se abre, dicen extasiados, el Portal del León, que es momento de manifestar lo que se desea, liberar tensiones y abundancia masiva. 

Para este momento, fuera probable que usted estuviese examinando itinerarios paralelos, por miedo a lo desconocido o por no caer en la tentación de que indagar más en ello lo condujera a la revelación de verdades psíquicas que lo transportasen al otro lado de quién sabe qué portal o que, sin miedo pero aburrido, quisiera encaminarse hacia lo siguiente, como siempre se hace, porque si seguimos recto no llegaremos a ninguna parte, como ya decía el aviador francés al final del capítulo 3, o corremos el riesgo de favorecer nuestro propio tedio por monotonía. 

Puede que en ese itinerario paralelo consultase el top 10 de descubrimientos científicos del siglo XXI más importantes. Entre ellos, ya sabrá usted, se encuentran la confirmación de la existencia en 2012 del Bosón de Higgs, la partícula que llamaron de Dios; el descifrado del genoma humano o el hallazgo del agua en Marte, más otros siete que ahora no vienen al caso. Si usted no fuera a buscar fuentes directamente extraídas de los descubrimientos científicos, sería recomendable que volviese atrás y recuperase el descifrado del genoma humano, porque, de seguir el hallazgo del agua en Marte, puede que los astrólogos volvieran a la carga, que están el cielo y los astros calentitos este verano, dejando de lado por ahora la ya sempiterna ola de calor, y no hace sino unos cuantos días que tuvo lugar la conjunción de Marte con Urano en el grado 18º de Tauro y el Nodo Norte. Quizá se preocuparía por esto y acabaría consultando en internet su carta natal astral, para ver que su Nodo Norte está colocado en el lugar exacto que a mí me ha hecho escribir sin detenerme para beber ni orinar este texto y a usted leerlo con sorprendente interés. Yo recomendaría, quizás mejor, tanto a usted como a mí, la ocurrencia de darse un paseo por la orilla del mar este viernes por la noche (de madrugada, mejor que mejor) mientras va echándole miradas a la superluna y así lo hace coincidir también con las Lágrimas de San Lorenzo, a no ser que prefiriera acercarse a un buen telescopio si le va lo de las estrellas y las lluvias de meteoros. 

Pues esto que decíamos antes de terminar la rama anterior, que igual fuera mejor regresar al tema paralelo del genoma humano y al descifrado de la parte restante de la secuencia que quedaba por cubrir, logro que parece haberse cumplido únicamente en veinte años. Por descontado es que en redes sociales tiene más tendencia y megustas una famosa en biquini en la playa o las últimas retiradas de lotes de productos en algunos supermercados por la presencia de cuerpos extraños, pero pudiéramos obviar estas útiles informaciones para seguir llenándonos de sed, que al final es el tema de este texto en el que estamos inmersos usted y yo, o sea, nosotros. Después del descifrado de este 8% del genoma, las implicaciones que de ello se derivan tal vez le lleven a usted a pensar en lo que llaman la causa genética perdida o a cavilar en las enfermedades cuya heredabilidad tiene como causa, o como una de sus causas, los genes. Puede que reflexione sobre la posible heterogeneidad genética y ambiental en algunas enfermedades y se pregunte por la interacción entre tantos factores o quizás la epigenética, lo cual podría llevarle a la transmisión de los traumas de una generación a otra. No hurgue más. ¿Quién sabe? Es posible que en un instante dejase el recorrido para descansar y viese que un conocimiento todavía más inmediato que el conocimiento más inmediato del que hablamos en el párrafo cuatro, aquel que podía traerle mejor fortuna y más satisfacción, podría traerle todavía mejor fortuna y más satisfacción que esta última fortuna y satisfacción. A lo mejor en este instante en el que usted abandonara finalmente el recorrido, respiraría unos segundos y entonces pensaría que el mundo existe porque está usted en él, que cada vez que vuelve a pensar en algo vuelve a pensarlo, que quizás este texto, en realidad, puede que lo haya creado usted.
  
¿Quién sabe? Es posible que en un instante dejase el recorrido para descansar y viese que un conocimiento todavía más inmediato que el conocimiento más inmediato del que hablamos en el párrafo cuatro, aquel que podía traerle mejor fortuna y más satisfacción, podría traerle todavía mejor fortuna y más satisfacción que esta última fortuna y satisfacción. A lo mejor en este instante en el que usted abandonara finalmente el recorrido, respiraría unos segundos, habiendo reafirmado, exhausto y sitibundo, que esta sed es de las que no puede ser colmada, y entonces pensaría que el mundo existe porque está usted en él, que cada vez que vuelve a pensar en algo vuelve a pensarlo, que quizás este texto, en realidad, puede que lo haya creado usted. 

Comentarios



LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.