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Sant Jordi 2022: poeta caminante

Se acerca Sant Jordi, día de rosas, dragones, libros, paseos y mucha poesía. 


Este sábado 23 estaré ejerciendo de poeta caminante (o caminante poeta, en realidad) con La verdad que no vemos, mi primer poemario, en mano (o en caja o en bolso, vaya), similar al año pasado. No sé si este año me encontrarás leyéndolo en voz alta por Barcelona, pero seguro que, entre cosa y rosa, a quien no coincida conmigo esa semana y me contacte, se lo dedicaré en mano si aún no lo tiene y charlaremos un ratito de libros y dragones.

De camino pasaré por una oficina de Correos, para seguir enviándolo a quienes lo hayan pedido, para que siga circulando por los buzones.

El segundo poemario, Habitantes de un paraíso minúsculo, está en la imprenta, habrá que esperar un mes y un día para poder conocer estas nuevas páginas. 

A partir de las 7 de la tarde, estaré en Espai Gestaltarte (C/ Calabria 66, Entlo. 1ª), compartiendo junto a otros artistas este Viaje Poético tan especial como breve, así que si te apetece algo un poco diferente, ahí estaremos (link evento en Facebook y link para reservar en Entradium, porque va por pases de 20 minutos): 


¡Feliz Sant Jordi!



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LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.