
Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa
o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu".
(Chuang Tzu)
Lo bueno si breve, dos veces bueno. Parece que estos tiempos invitan más aún a lo pequeño. Menos es más, decía Mies van der Rohe. Menos gasto, más dinero; menos muebles, más espacio. Todo lo menos trae un más. No es que menos por menos es más, es que menos implica más. Keep it simple, nos han aconsejado ahora constantemente en la onlinización de los trabajos. Simplifica. Navaja de Okham, que la explicación más sencilla es la más probable. Cedazo y arreando.
Yo siempre he sido pequeña y he pecado sorprendentemente del intento vano de la preponderancia de lo grande. Riachuelos pequeños forman grandes ríos. Cuanto más largo el camino, mejor. Y cuando mejor peor para todos, girando algo las palabras del antiguo presidente. Que Mies van der Rohe decía más es menos, pero ¿dónde quedará el gusto estético del exceso? Less is a bore, que decía Robert Venturi. Esto de la preponderancia de lo grande aparece también en el I Ching, el Libro de los cambios o Libro de las mutaciones en una lindísima imagen formada por el lago sobre el viento, hexagrama 28, Ta Kuo. Imagínenlo, imaginen realmente el lago sobre el viento. Me estalla mi cabeza parvita solo de pensarlo, casi como cuando voy a un parque en Johannesburgo y toda mi ideíta sobre lo que es un parque se me resquebraja, porque en mi cabecita uno de estos parques es un bosque o un campo o la montaña. El pez grande se come al pequeño. Pensaba yo que un parque eran cinco metros cuadrados de hierba rodeados por cincuenta de cemento.
Qué pequeña es esta grandeza que todos poseemos. Dice Mario Alonso Puig que hay grandeza en todo ser humano. Sin duda, claro, aunque bueno. ¿Tienen el alma grande todos los humanos, como Mahatma Gandhi? También hay pequeñez, el placer de lo diminuto, que al pot petit hi ha la bona confitura, vamos, que la esencia en tarro pequeño se vende, pero no te fíes, que no todo lo que brilla es oro, a veces es diamante, que también viene en pequeño pero cuanto más grande mejor. El placer de las cosas chiquilinas y de los diminutivos, cuanto más queremos más chiquiturri queremos hacer a nuestro cariñito. También al hogar, mejor una small tiny house, que una mansión con pista de tenis. Cuanto más grande sea nuestro entorno, más pequeños nosotros, aunque nos parezca que todo lo chiquito tienda a lo grande. Pues ¿no decía Pascal que la grandeza consiste en reconocer la propia pequeñez? Claro, porque la grandeza es solo una de las sensaciones de la pequeñez, ¿no, Bernard Shaw? Pero desde la sensación de pequeñez, saltito a lo grande, si no ¿qué hacía Eduardo Galeano diciendo que mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo? Claro, esto nunca lo diría un millennial desilusionadito y aburridito en la colita del paro. My child, la felicidad está hecha de las pequeñas cosas, Groucho Marx lo tenía claro: a little yacht, a little mansión, a litte fortune.

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