
Estamos en la era de la rapidez. La era del tener siempre un poco de prisa en la vida diaria. Si podemos cocinar y comer en menos de diez minutos, cocinamos y comemos en menos de diez minutos; si podemos cambiar el canal de la tele en dos segundos, lo cambiamos en dos segundos; si podemos ver a nuestros amigos tomando un café de 20 minutos, los podemos ver en 20 minutos y menos si nos lo proponemos; si podemos contar lo que sentimos en 4 mensajes de whatsapp, lo contamos y si podemos escribir un cuento en menos de 5 líneas, lo escribimos y punto.
Es el momento de la comunicación en menos de 141 caracteres. Yo no sé seguro si será la era de la velocidad o la del cangrejo, porque igual que tardamos tan poco en tantas cosas, tardamos mucho más en algunas pocas cosas. En cualquier caso, yerben muchos fenómenos y muchos tipos de arroz en la cazuela de la sociedad y, aunque no siempre podemos estar pendientes de todos los fogones, hoy nos hemos fijado en el poetuit, en el poetuit porque es breve, porque es ingenioso y porque es un producto directo de una red social. De ahí, podríamos derivarnos al debate de la relación entre el soporte electrónico del lenguaje o de la literatura y el lenguaje o la literatura en sí misma. Sin embargo, el poetuit habría qué discutir primero qué es exactamente un poetuit y cuál es su esperanza de vida.
El poetuit es un tweet (o tuit) en el que se expresa un sentimiento, emoción o estado con tintes creativos. En principio, es eso, normalmente escrito en Twitter, pero que se ha extendido también a Facebook y a otras redes sociales. A veces, puede ser una poesía formada por un solo verso, lo que el espacio permita, ya que el máximo en Twitter son 140 caracteres, y las otras veces son una burla en sí misma del concepto de poetuit o de poetuits existentes o meramente una frase con sorna en general. La burla del poetuit hacia sí mismo ha sido casi instantánea.
Mucho se sabe ya de los microrrelatos o nanorelatos y de lo eficaces, divertidos y magníficos que algunos son (aquí nunca falte mencionar a Monterroso y su Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí). También se sabe de los haikus, ya sean los de Oriente o los de Occidente, especialmente los de Latinoamérica, y de su brevedad sublime. Pero el poetuit es un poco distinto a lo antes visto, mucho más prosaico, coloquial y muchas veces soez, e igual que llega, un día se marchará, como se van las cosas en nuestra era.
Como el único requisito para colgar un poetuit es el de tener internet, cuatro cables y estar registrado en Twitter (o en otra red social), la calidad del poetuit varía sobremanera. Lo cual no es malo. De alguna manera, pequeños fenómenos como el poetuit ponen la creatividad a pie de calle, o a pie de ordenador, ya sea que haya escrito con unos fines u otros. En el Twitter y las otras redes sociales, los poetuits se recogen bajo el hashtag o la etiqueta de #poetuit. Sigue una pequeña muestra, para quien quiera empezar a explorar:
Realistic. @OtherAlec
“Planeando el asesinato de mi almohada. Sabe demasiado.”
Franco. @SimpleVersad0r
“Con este 1% que me queda de batería quiero decirte que me gus...”
Oh! Batres @obatres
“Me pidió espacio y le hice uno en mi corazón”.
Bien pinches guapo™ @_WastedTweets
“Contigo me di el lujo de permitir que el sistema limbico reticular ascendente tuviera preponderancia sobre la corteza frontal”.
Hunter @CazadordeLetras
“En este mar de letras, el tuit es el mensaje en la botella”.
Josue Qarenta
“Y esa tarde bajo la lluvia una gota llevo a otra”.
El ojo en la Pestaña
“Y cómo encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos”.
Asgard @Asgard_
“Si leen la biblia al revés es la historia de un mundo destruido y renacido en dos amantes que se besan desafiando al dios que inventaron”.
Comentarios
entre la soledad y la muerte/estos versos son meras palabras/que se desgranan a veces/en la boca del viento/cuántas/cuántas noches/sopla el viento sobre el corazón de la tierra
Jorge Mirarchi