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"365 contes, un any de contes" cumple 2 años de su publicación


Portada de Un any de contes,
dibujada por Jaume Vilalta
Hace dos años salió publicado el libro Un any de contes (Un año de cuentos). La propuesta había nacido de la mano de Mònica Roig Mestre, conocida como Bajoqueta.

Consistía en la publicación de un cuento diario que no superase las 365 palabras, durante 365 días, de autores distintos en un blog. De allí, el proyecto tomó la forma de un libro y los beneficios obtenidos por él se donaron a la Fundación para la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica. El libro no es una simple recopilación de 365 cuentos, sino que estos están cubiertos por un sencillo marco narrativo (cuento 1, de Mònica Roig) que sirve para unificar las historias. 

Ya colgué una entrada al día siguiente de salir publicado el libro, pero quería celebrarlo y dar la enhorabuena de nuevo a todos los que participaron. Contribuyeron un total de 137 escritores con sus relatos, de los cuales 325 están escritos en catalán y 40 en castellano. El proyecto fue muy colaborativo; por ejemplo, para el diseño de la portada se realizó un concurso.

Yo contribuí con un cuento, escrito el día 361 del año, que es en el libro publicado el número 297, titulado A corazón abierto, cuya versión primera podéis visitar dando clic aquí.



Comentarios



LA VERDAD QUE NO VEMOS

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
— que con palabras no se entiende a nadie —
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

 

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
                              está aquí.


Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
                                está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.


La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.